Don Pedro de las Landeras fundador de Soutelo de Montes
- Redacción
- 13 mar 2017
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Ocupó el régimen de la Tierra de Montes con toda seguridad desde el año de 1595 nombrado por el arzobispo Don Juan de San Clemente y Torquemada, hasta el año 1605. Los cuantiosos bienes y rentas que a principios del siglo XVII producía la tenencia de Montes, eran constante tentación para los señores de la nobleza gallega que en ella deseaban colocar a los hijos segundones; así como también para los despóticos y famélicos castellanos que consigo traían los prelados nombrados por el poder central.

Mapa da Terra de Montes situado en Soutelo de Montes
Así vemos que este Juez-Merino era hermano del Provisor del arzobispado de Santiago Don Juan de las Landeras, que en 12 de octubre tomó posesión de la Sede Compostelana por el mencionado arzobispo Sanclemente.
Es cierto que debido a las circunstancias ocurridas en la Sede Compostelana inmediatamente anteriores a este arzobispo de carácter duro, impositivo y un tanto inquisitorial, las cosas no marchaban muy bien sobre todo las de carácter señorial y económico; por eso se rodeó de personal de su total confianza y tierra, situándolo en todos los cargos de responsabilidad.
El Juez-Merino, que nos ocupa fue sin duda alguna uno de los más notables o quizá el mejor en este siglo de los que ocuparon la jurisdicción de Montes.
Como el Castro seguía, a pesar de todas las reedificaciones, sin reunir las condiciones mínimas de habitabilidad, ni siquiera de seguridad, este Juez hizo ver al Prelado, por otro lado tan ordenador de los asuntos diocesanos, la necesidad de construir una casa decente, capaz y en mejor sitio para la comodidad del pueblo, que el Castillo, de tan difícil acceso; se determinó que el lugar más céntrico y mejor comunicado con toda la jurisdicción era la localidad de Soutelo denominado desde entonces de Montes; por pasar a ser desde este momento la cabeza de toda la Tierra de Montes.

Peto das Angustias frente o Casa Arzobispal residencia dos Jueces Merinos en Soutelo de Montes
A este Juez-Merino pues, se debe la construcción de la Casa- Torre arzobispal de Montes, por orden del arzobispo Sanclemente que éste mandó levantar para vivienda de los Jueces Merinos, sita en Soutelo de Arriba, perteneciente en aquel entonces a la feligresía de Pardesoa, las obras debieron empezar a últimos del siglo XVI.
Esta Casa-Torre, constaba de todos los elementos necesarios para el fin a que fue construída, vivienda del Juez, sala de Justicia, archivo, cárcel y muy cerca de la misma el Campo de la Picota para ejecutar los reos condenados a la última pena, concedida esta, triste facultad a los jueces de Montes por el rey o autoridad real.
El Libro de Apeos entre otras cosas dice acerca de la Picota de Montes, lo siguiente: «El sitio de o Campo de la Picota, donde se ajusticiaba a los reos que por sus crímenes eran condenados a muerte en la Jurisdicción de Montes, se halla en el lugar de Sotelo de Abajo, no muy lejos de la cárcel, junto a la casa de Alvaro Sieiro, quedaba en los términos de la Magdalena» •
Este activísimo Juez-Merino fue el primero que ocupó la Casa-Torre recién construida, lo mismo todos sus sucesores, no obstante siglo y medio después —1753— se inició su ampliación, quedando dividida la vivienda que aún hoy pueden verse sus arcos y por otro lado la sala de justicia, archivo y cárcel, junto con las caballerizas, siendo luego ocupada al término de las jurisdicciones especiales, y utilizada como cuartel y casa del Concejo Municipal al crearse el ayuntamiento de Forcarei, antes de su traslado al lugar forcaricense donde hoy se halla. En la actualidad la antigua vivienda de los Jueces Merinos esta ocupada por varios particulares, ya que se dividió en varias propiedades. La otra edificación fue demolida a principio de los años ochenta, en está última se veía un escudo ovalado y con el lema «Plaza de la Constitución», en conmemoración de la primera carta constitucional de España, perdiéndose para la historia de esta comarca el edificio que fue primera sede del concello de Forcarei junto con el escudo, en honor a la constitución de 1812, parece que a algunos les estorban las pierdas.

Feira de Soutelo en 1967, aínda se aprecian os cubertos que existían na hoxe Praza do Gaiteiro, a feira do gando era enfronte ao outro lado da estrada nacional.
Construida la vivienda del Juez y demás servicios, el arzobispo deseaba poner en orden todas las cosas relacionadas con la Jurisdicción, sobre todo los bienes, rentas, cargos y demás derechos de la Mitra; por ello en 22 de diciembre de 1601 dio comisión y poder al Juez que nos ocupa para hacer el Apeo de « . . .todos los bienes, rentas, foros, propiedades y derechos pertenecientes a la fortaleza de Castro de Montes y a la dignidad arzobispal en la Tierra de Montes». El 23 de enero del año siguiente 1602, en el que falleció el arzobispo Sanclemente, acompañado del escribano Don Domingo de Campo Magán, empezó y concluyó este cometido muy cumplidamente, según se comprueba por ios originales que se custodian en el archivo episcopal de Santiago.
Toda la rectoría de este fiel y activo Juez, fue una continua defensa de los derechos de la Mitra contra el convento de Acibeiro que se entrometía en tierras y jurisdicciones y otros señores que deseaban usurpar, apoderarse o suprimir los derechos y foros del arzobispado. A mediados de 1603 citó al Abad de Acibeiro Fray Miguel Ximenez a que concurriese al lugar o lugares de las tierras, montes y dehesas que el Monasterio tiene y que «... finen e partan con las tierras de dignidad arzobispal».
En la actualidad, este personaje de nuestra historia no tiene ningún reconocimiento, como tampoco lo tiene que en un pueblo del interior de la Galicia rural como Soutelo de Montes halla existido una plaza en honor a la constitución de 1812 durante casi 200 años, con un escudo que la señalaba hasta principios de los años ochenta, que se halla dejado tirar en un relleno dicho escudo, cuando dicho escudo conmemoraba entre otras cosas, lucha por la libertad contra los franceses que en sólo en Terra de Montes, se cobro más de 1.000 almas además de ser ajusticiados más de 200 labregos en el adro de San Martiño de Forcarei. Pero nadie quiere recordar nada.
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